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Ex congresista Ernesto Gamarra Olivares confiesa

Hildebrandt me dio la razón

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Ernesto 'Polo' Gamarra Olivares, ex congresista.


ERNESTO GAMARRA part-1
 



ERNESTO GAMARRA part-2


ERNESTO GAMARRA part-3

Usted ha escrito “Los Ojos Oscuros de la Justicia”, ¿es un libro autobiográfico?
Sí, es un libro que recoge todos los incidentes del proceso penal al que fui sometido en el Poder Judicial.
Sumando su arresto domiciliario y la condena en el Penal de San Jorge, ¿cuánto tiempo estuvo arrestado?
Estuve arrestado alrededor de 26 meses.
Usted fue congresista por el “Frente Independiente Moralizador” (FIM), que lideró Fernando Olivera Vega, ¿cómo explicar que un congresista que combatía a la corrupción, fue condenado a más de dos años de pena privativa de la libertad?
Los jueces que vieron mi caso fueron ‘pícaros de siete suelas’. Mi proceso estuvo plagado de irregularidades, no sólo no se me permitió ejercer mi defensa, sino que me perjudicaron y lo digo con documentos: Primero, la sentencia que me condenó, afirma que en el Congreso de la República desvié una investigación que se seguía contra Alberto Venero, por el tema de las ventas de armas al Estado. Luego de la sentencia, apareció la constancia del Congreso asegurando que esa investigación nunca existió, es decir, me condenaron por un hecho que no existió.
Usted menciona en su libro que el video en el que a usted se le ve recibiendo tres mil dólares para la campaña municipal de su esposa Pilar Brescia estuvo manipulado, ¿esto es cierto?
Lo primero que pedí en mi proceso penal, es que se haga un peritaje al video, para determinar qué es lo que yo realmente digo o no. Para dicho fin se nombra a dos peritos, pero no me permitieron saber quiénes eran. Por ley, yo debía saberlo. Además, pedí permiso especial a la Sala para que me permitieran leer el expediente y me negaron el permiso.
¿Cuál era el motivo por el cual no le permitieron leer el expediente?
Decían que al estar en detención domiciliaria, no lo podía hacer. Pero, un par de días antes que inicie el juicio oral tuve acceso al expediente y descubro que Julio Quintanilla Loayza, era, además de uno de los peritos nombrados para analizar el audio y video de mi proceso, procurador del Estado nombrado por el presidente Alejandro Toledo y Fernando Olivera, para que vea una denuncia hecha al actual presidente Alan García, por el tema de la Cantuta. Es decir, mi perito era juez y parte. No se puede tener un perito que sea parcial, porque desnaturaliza en el peritaje. Lo peor, fue que hubo el peritaje, pero no se hizo una nueva transcripción del video, eso era fundamental para mí. El perito dijo que no era necesario, porque el Congreso ya había hecho una transcripción, la cual yo sabía, que tenía una serie de errores. Por ejemplo, me atribuían frases que había dicho otra persona.
Usted como ex congresista, ¿cree que fue un error recibir esos tres mil dólares que supuestamente eran para la campaña municipal de su esposa Pilar Brescia?
En las campañas políticas se recibe apoyo de todo tipo, económico, material. Yo fui a su oficina, porque a mí me convocó un amigo, ya que un empresario, también amigo de él, prometió que iba ayudar a esa campaña.
El amigo a quien se refiere fue Manuel Tafur Ruiz y el empresario que iba colaborar con la campaña de su esposa era el hermano de Alberto Venero, Luis Venero Garrido, ¿en  ese momento usted no sabía que él era hermano de un cuestionado personaje público?
Exacto. Yo no sabía quién era, ni en qué iba a consistir la ayuda que me querían proporcionar. Fui a la cita, porque Manuel Tafur, amigo mío me dice que alguien quería colaborar con la campaña, yo no sabía si iba a colaborar con espacios de radio, camisetas o dinero. Me lo presentan y me dicen, la persona que quiere colaborar es Luis Venero.
¿Usted no lo relacionó con Alberto Venero?
Claro, incluso le pregunté a Manuel Tafur, qué relación tenía este señor con Alberto Venero. El me dijo: “es su hermano, pero él está dedicado a otro tipo de actividades, es empresario textil”. No olvidemos que, Luis Venero, el que me da los tres mil dólares, era en ese entonces miembro del comité textil de la Sociedad Nacional de Industrias.
¿Luis Venero tenía un cargo gremial importante?
Sí. Yo había ayudado desde el Congreso a los fabricantes peruanos de ropa, contra la invasión de ropa usada. Cuando supe que Luis Venero, era parte de la Sociedad Textil, entendí que podía ayudar en una campaña electoral. Mi esposa se presentaba como candidata a la alcaldía de Miraflores, y en este distrito se había instalado un centro de venta de ropa usada. Yo no tenía de que sospechar, era una persona que yo no había buscado y mucho menos conocía. Quiero recalcar que en una campaña política, la gente ayuda de todas formas,  a los candidatos que ellos creen que deben ganar.
¿Cómo fue esa reunión con Luis Venero y su amigo Manuel Tafur?
Llegué a la reunión, me recibió Manuel Tafur, nos saludamos y le pregunté que quién era la persona interesada en colaborar en la campaña de mi esposa, me respondió que era Luis Venero. Le dije: ‘pero no tiene relación con Alberto Venero’ y me contestó: ‘sí, son hermanos, pero no tiene nada que ver, él es empresario textil’. Luego llega Luis Venero y me lo presentan. Algunos periodistas, incluso la señora Valenzuela, dijeron que yo ya lo conocía y eso no era cierto.
¿En esa reunión Luis Venero le ofrece tres mil dólares? ¿Nunca sospechó algo malo?
Si me hubiera ido a las instalaciones del Servicio de Inteligencia Nacional (SIN) y me reuniera con Vladimiro Montesinos, hubiera sospechado que me podían grabar. Pero si un amigo, que conozco hace más de 20 años, que él conoce a mi familia y yo a la suya me cita en su oficina, ¿cómo me iba imaginar que me grabaría? Además, tres mil dólares en una campaña política, es una gota en el mar. Cuando hay campañas electorales, los precios de los anuncios en los medios de comunicación se elevan muchísimo. Con tres mil dólares sólo se podía emitir 5 anuncios en radio, un spot publicitario de 30 segundos en televisión o unos avisos en el periódico. Tres mil dólares era una ayuda insignificante, si comparábamos con lo que gastaban otros candidatos, no era nada. Por ejemplo, se calcula que Jaime Salinas invirtió en su campaña política seiscientos mil dólares.
Este video no fue filmado en las instalaciones del SIN, sino en la oficina de su amigo,  ¿por qué Luis Tafur permitió que lo filmen?, ¿logró conversar con él?
Sí, realmente es el único video que no fue filmado en las oficinas del SIN. Yo conversé con Luis Tafur, porque cuando me llevaron al Penal  San Jorge, él ya estaba allí. Lo primero que hizo fue pedirme perdón. Pero, me dijo que él también había sido engañado, le habían dicho, que el video era para la familia de Venero.
¿Para comprobar que los tres mil dólares iban a llegar a su destino?
Probablemente, esa es la versión de Manuel Tafur.
¿Usted le creyó?
He pensado mucho en el tema y yo creo que él fue presionado, porque años después me encontré con un militar y me contó que él había participado en el entrenamiento que le habían hecho a Luis Venero para la filmación del video. Es más, Luis Venero quiso echarse para atrás, le dijo al coronel Huamán Azcurra: “mejor no, porque de repente se da cuenta”. Huamán le respondió: “si no aceptas, llamo a Montesinos y te friegas”. Supongo que a Manuel Tafur, también lo amenazaron.
Manuel Tafur ha fallecido, ¿verdad?
Sí, hace unos meses murió.
¿De qué forma lo amenazaron?
Bueno, no tengo tantos detalles, pero en la época en que Vladimiro Montesinos dirigía el Servicio de Inteligencia Nacional, tejió una red de información de todas las personas, era impresionante. No sé qué cosa tendrían contra Manuel Tafur, quizás una deuda en la Sunat, algún video de infidelidad u otro delito, no lo sé.
¿Usted nunca pudo conversar en profundidad con Manuel Tafur en el penal de San Jorge?
Las pocas veces que conversé con Manuel sobre el tema, me pedía disculpas y siempre me contaba la misma historia, que lo habían engañado.
¿Usted  cree que su condena fue una represalia por su labor de fiscalización como congresista?
Bueno la labor en el Congreso de la República es muy ingrata y te ganas muchos enemigos. Por ejemplo, me gané demasiados enemigos porque fui el primero en denunciar a congresistas que les quitaban el sueldo a sus trabajadores. Yo no lo investigué, sino que se me acercaron trabajadores víctimas, de lo que ellos llamaban, ‘la pelada’ de su sueldo. Algunos congresistas se quedaban con la tercera parte o hasta la mitad del sueldo de sus trabajadores.  
¿Habían congresistas del gobierno?
Por supuesto. Yo fui a una sesión del Consejo Directivo y denuncié este caso. Me acuerdo que el presidente del Congreso en ese momento era, Víctor Joy Way, él dijo: ‘esto se tiene que investigar’ y los demás congresistas lo secundaron. Al día siguiente, todos los congresistas sabían que yo había hecho la denuncia. Joy Way había sido el infidente. Esto me generó una serie de enemigos. Además, descubrimos que Javier Barrón tenía en la planilla del Congreso a Manuel  Masías que era en esa época regidor metropolitano de Lima, encargado de los asuntos legales de la municipalidad.
¿Por qué Manuel Masías, actual alcalde de Miraflores, estaba en la planilla del Congreso?
Bueno, el único que difundió este caso en los medios de comunicación, fue César Hildebrandt. Al día siguiente, Manuel Masías presenta su renuncia y nunca más se investigó. El caso del congresista, Manuel Lajo Salas, que les quitaba parte de su sueldo a 7 trabajadores, incluso a uno de los ellos le hizo firmar una letra. A este congresista lo desaforaron, lo enviaron al Poder Judicial, pero lo absolvieron.



¿Este tipo de casos llegaban a su despacho y usted cumplía con fiscalizar?
Todos los días iba la gente a buscarme, para todo tipo de problemas. En una ocasión unos pastores evangélicos, se me acercaron, para decirme que tenían un terreno en el kilometro 80 de la Panamericana Sur, donde realizaban campamentos para niños sordomudos, pirañitas, enfermos terminales y que recibían ayuda de pastores de Estados Unidos. Pero, salió una resolución que les quitaba el terreno y se lo entregaba a un ‘x’, les pregunté, por qué no recurrían a los congresistas evangélicos y me respondieron que ellos no los querían ayudar. Yo sí los ayudé.
¿Qué descubrió con esta denuncia?
Descubrí que esta resolución que les quitaba el terreno a los evangélicos, tenía otra parte en la que les otorgaba terrenos colindantes a otras personas, una de ellas era, el actual congresista de la República, Alberto Andrade Carmona,  a quien le adjudicaban un terreno frente a la playa, de cerca de 26 mil metros cuadrados , por tan sólo US$ 400. Lo primero que hice fue buscar a Alberto Andrade para solucionar el asunto, y me respondió, que no era su problema. Luego, lo denuncié ante la prensa. Al día siguiente, Andrade dijo que era una campaña que realizaba Vladimiro Montesinos en contra suya.
¿Qué tenía que ver Vladimiro Montesinos con estos terrenos?
Nada. Es más, es probable que Montesinos se haya enterado por los periódicos. Gracias a Dios, y porque salió en los medios de comunicación, se emitió otra resolución devolviéndole a los evangélicos el terreno que se les había quitado. Sin embargo, a todos los demás los siguió beneficiando dicha resolución, vendiendo estos terrenos por precios irrisorios. Se supone que el Ministerio de Agricultura adjudicaba esto a campesinos o agricultores, y que sepamos, Alberto Andrade, no fue ni es campesino ni agricultor. Lo curioso, es que después de la denuncia, Andrade plantó árboles de plátano para justificar la compra del terreno.
¿Cuáles fueron los vocales supremos que lo sentenciaron a 6 años de prisión efectiva?
Fueron tres vocales provisionales, algo que era ilegal. La Constitución Política del Perú, señala que determinados funcionarios como ministros o congresistas deben ser juzgados por la Corte Suprema y habla de vocales titulares, no pueden ser provisionales. El primer vocal fue Eduardo Palacios Villar, que ha sido sentenciado a seis años de pena privativa de la libertad en el Penal San Jorge, por haber cobrado a un policía para sacar una sentencia a su favor. El segundo vocal fue el más terrible de todos, Jovino Cabanillas Zaldívar, ex presidente de la Corte Superior de Lima, destituido del cargo por acoso sexual a las trabajadoras de la Corte. El tercero fue José Balcázar Zelada, que también ha sido destituido por el Consejo Nacional de la Magistratura y que valiéndose de una acción de amparo, está todavía ejerciendo el cargo como vocal en la Corte Superior de Chiclayo.
Eduardo Palacios y Jovino Cabanillas eran vocales supremos provisionales, que fueron separados del Poder Judicial en 1992, ¿cómo lograron reintegrarse?
Efectivamente, ellos habían sido separados por supuesta inconducta en 1992. Pero, Eduardo Palacios y Jovino Cabanillas demandan al Estado y por sentencia del Tribunal Constitucional los reintegran. Durante el año 1992, Alberto Fujimori, bota a muchos funcionarios del Poder Judicial por corruptos, pero también bota a gente que no lo merecía. Cuando Fujimori renuncia, esa gente honesta que había sido destituida, aprovecha para  interponer su reclamo y regresar al Poder Judicial. Sin embargo, los corruptos también lo hacen, en resumen, regresan todos. El exceso y la arbitrariedad de Alberto Fujimori, permitió este regreso de malos vocales. El caso del vocal Balcázar es interesante, porque después de ser destituido, se descubre que al presentarse para ascender a vocal supremo, en su currículo había señalado que era autor de un libro de derecho, pero no lo había escrito él, sino que era la tesis de su hijo para graduarse de abogado en la universidad. Cuando lo descubren en el Consejo Nacional de la Magistratura, el consejero Eduardo Laos de Lama le preguntó;  ¿por qué lo hizo?, Balcázar respondió, ‘que él no había copiado a su hijo, sino que su hijo lo había copiado a él’. El consejero con asombro le respondió: ‘Lo que usted dice, podemos hacerlo de conocimiento a la universidad, imagínese el daño que usted le haría a su hijo’. Ya que si te gradúas con una tesis copiada, inmediatamente te quitan el título. Imagínense que el vocal que te juzga tiene esos valores y ese trato con su propio hijo. Qué podía esperar uno. Lo gracioso, es que estos tres vocales se presentaron a concurso para vocales supremos y los tres fueron jalados.
El 18 de febrero del 2003 fue sentenciado a 6 años de pena privativa en el penal de San Jorge y al pago de ochocientos mil soles de reparación civil, ¿cree que las pruebas en su defensa fueron valoradas?
No fueron valoradas. Incluso, Luis Venero presentó un escrito con su firma y su huella digital, en el que decía: ‘El dinero que yo entregué, fue para una campaña electoral, no fue para desviar una investigación, porque a mí nadie me estaba investigando’. Pero los vocales, al recibir la carta  concluyen que: ‘no siendo parte en el juicio, téngase como no presentada’, es decir, rechazaron el escrito.
¿No le creían ni al mismo corruptor?
Ni al supuesto corruptor. Ellos debieron verificar la firma, el DNI, algo.
¿Cómo sintió que se comportaron los medios de comunicación y los periodistas a lo largo de su proceso judicial?
Hubo dos momentos. Al inicio la prensa fue muy despiadada. Por ejemplo, César Hildebrandt, me sorprendió cuando me entrevistó la misma noche, en la que emitieron el video y en media entrevista apareció Cecilia Valenzuela y Anel Townsend, entre los tres empezaron a atacarme. Después de leer el libro, César Hildebrandt me volvió a entrevistar, y me dio la razón, dijo que había comprobado que existieron una serie de irregularidades.
La periodista Cecilia Valenzuela fue a testificar durante su proceso, ¿cuál fue su comportamiento?
Totalmente perjudicial. Fue mentirosa. Tal como aparece en mi libro, “Los Ojos Oscuros de la Justicia”, ella cambia sus declaraciones desde la primera hasta la última vez. Primero, declara ante el Congreso de la República, que yo había desviado un montón de investigaciones. Luego, declara ante el Poder Judicial, que se había referido sólo una investigación. Finalmente, cuando se produce la confrontación, ella niega sus anteriores declaraciones. Esto lo observé comparando las copias de sus declaraciones. En el libro ‘Rajes del Oficio 2’ de Pedro Salinas, le pregunta a Cecilia Valenzuela, ¿cuál es la enfermedad del periodista?, ella responde: ‘El odio’. Yo creo, que en mi caso, ella actuó con odio, porque yo critique que su agencia de noticias ‘Agencia Perú’, estaba financiada en ese entonces por Luis León Rupp, y ella misma lo reconoció.
¿Piensa usted que Cecilia Valenzuela actuó por venganza?
Sí. No tengo la menor duda.
¿Cuáles fueron las actitudes de los diarios El Comercio y La República?

En el diario El Comercio, constantemente se señalaba: ‘el dinero que recibió Gamarra en el Servicio de Inteligencia Nacional (SIN) de manos de Vladimiro Montesinos…’, por ello, yo tenía que enviar cartas para que rectifique, porque yo nunca fui a las instalaciones del SIN y mucho menos conocía a Vladimiro Montesinos Torres.
¿Publicaban sus cartas rectificatorias?
Algunas las publicaban, pero reseñadas. Yo les decía: recibir dinero de Luis Venero, ¿a uno lo compromete con Alberto Venero y con Vladimiro Montesinos? Les ponía un ejemplo muy claro, Miró-Quesada Valega, presidente del directorio del diario El Comercio, tiene un hermano que estaba siendo procesado por narcotráfico, en consecuencia les preguntaba: ‘el que se reúne con el señor Miró-Quesada, automáticamente es cómplice del hermano acusado por narcotráfico’. Esto nunca lo entendieron ellos y yo nunca entenderé, el porqué tenían esa actitud conmigo, aunque sospecho de un periodista.
¿Existió alguna investigación periodística en la televisión sobre su caso?
Había total desinformación, son muy pocos los periodistas que investigan para entrevistar a alguien. Por ejemplo, hay que quitarse el sombrero ante Rosa María Palacios, cuando yo fui entrevistado en su programa, ella sabía más de mi proceso que yo. Lo contrario, sucedió con el periodista Jaime Chincha, en una entrevista me preguntó: ‘y usted cuando fue a hablar de Montesinos’; le respondí, ‘yo nunca me reuní con Montesinos’, me volvió a preguntar: ‘si, pero cuando fue a las oficinas del SIN’, le refuté, ‘yo no fui al SIN, estuve en la oficina de un amigo’. Por último, me preguntó: ‘¿De qué se arrepiente?’, le respondí, ‘me arrepiento de haberte concedido esta entrevista, porque no te has preocupado ni siquiera de leer sobre mi caso’.
¿Por qué cree que Fernando Olivera Vega no lo apoyó? ¿Usted cree que quizás Olivera lo utilizó?
Fernando Olivera sólo pensó en su campaña política, no le importaba ni sus amigos, ni nadie. La prueba de que sólo le importaba él, fue que luego de acusar en la campaña presidencial a Alejandro Toledo de todo hasta de drogadicto, terminó de aliado. En política todos los amigos son falsos, y todos los enemigos son verdaderos. Como se dice: ‘los amigos van y vienen y los enemigos, los vas acumulando’.
¿Por qué los congresistas del ‘Frente Independiente Moralizador’ no lo ayudaron?
Cuando me presenté a defenderme en el Congreso de la República, contra la acusación que me había hecho Henry Pease García, solamente 32 de 118 congresistas votaron por la acusación. Inicialmente los congresistas fueron muy duros, pero hubo algunos congresistas apristas que incluso se retiraron del Congreso para no votar, porque se daban cuenta que era un exceso.
¿Cómo tomó su familia su encarcelamiento durante dos años en el Penal de San Jorge?
Mi familia lo tomó con tranquilidad, porque el cargo principal que me hicieron fue de enriquecimiento ilícito. Mi familia sabía que yo no tenía dinero. La prueba está en que en estos últimos años, he pasado muchas dificultades económicas y las he superado, con la ayuda de mis amigos y de mi familia. Esta denuncia que la formula el canalla de Henry Pease García y digo que es canalla, porque él sabía perfectamente que yo no me había enriquecido. Él sostenía una tesis absurda, que el enriquecimiento ilícito era aunque sea con un sol. Yo me preguntaba: ¿Cómo es posible que un tipo con la experiencia de Pease sostenga que un sol es enriquecimiento? La misma palabra ‘enriquecerse’, quiere decir que tienes muchos bienes y dinero.
¿Qué sucedió luego de que abandonó el Penal? ¿Es cierto que para cumplir con el pago de la reparación civil de S/.800,000.00 sus bienes han sido embargados?
Sí, todos mis bienes han sido embargados, hay uno en proceso de adjudicación. El monto de la reparación civil que me impusieron, es más alta que la de Agustín Mantilla y Alberto ‘Beto’ Kouri. Menciono estos casos, porque ellos recibieron más dinero que yo. Si la lógica de la reparación civil, es en base al monto de dinero recibido, esto demuestra, que los que me juzgaron, no solamente se excedieron, sino que seguramente ellos querían que yo les tocara la puerta a ofrecerles algo, hecho que estaba fuera de mis posibilidades y de mi forma de ser.
¿Qué le ha quedado de experiencia de vida? ¿Usted aún cree en la lucha anticorrupción? ¿Cree que aún existen jueces honestos y probos en el Poder Judicial?
Existen, pero son muy pocos. Hay gran cantidad de vocales, jueces, fiscales, no solamente negligentes, sino corruptos. Por ejemplo, en el caso del vocal Eduardo Palacios Villar, fue que un policía desesperado por ser reincorporado a la Policía le pagó a Palacios seguramente de sus ahorros, pero la sentencia salió en contra, y como había perdido todo, lo denunció. El caso de Jovino Cabanillas Zaldívar, era la de un vocal supremo que era un acosador sexual, que aprovechaba ser catedrático de la Universidad Inca Garcilaso de la Vega, que por cierto actualmente ha sido retirado del profesorado, para decirles a sus alumnas: ‘yo te voy a contratar en el Poder Judicial’. Luego de contratarlas las acosaba y si no aceptaban, las amenazaba con despedirlas. Por último, en el caso de José Balcázar Zelada los miembros del Consejo Nacional de la Magistratura descubrieron, que simultáneamente despachaba como vocal supremo provisional de la Corte de Lima, y en la Corte Superior de Chiclayo.
¿Cómo ve su futuro político? ¿Le gustaría reintegrarte a la vida pública? ¿Aún confía en nuestro país?
Sí. Nunca perderé la confianza en el Perú. Además, quisiera seguir en la política, porque hay mucho por hacer, y mucha gente por ayudar. Resumiendo todo lo que me pasó, pienso que es preferible sufrir una injusticia que cometer una injusticia, eso me ha dado fuerzas para vivir y seguir luchando.